INTRODUCCIÓN

En primer lugar, hay que señalar que el propósito de este estudio es investigar la construcción de segundo plano en el discurso narrativo juvenil, especialmente, en el discurso narrativo de alumnos de enseñanza media y universitaria, el cual será abordado desde los siguientes objetivos:

En primer lugar, hacer una revisión de la bibliografía que existe respecto al tema, por ejemplo, los diferentes estudios que se han aplicado a niños en relación con la construcción del segundo plano o trasfondo narrativo. A partir de esto, sintetizar la teoría para luego ponerla en práctica, lo que nos llevará a corroborar o refutar nuestra hipótesis. Ahondar en la temática como tal y conocer de qué manera influye la organización del segundo plano narrativo en la comprensión discursiva de textos narrativos en alumnos de enseñanza media y universitaria. Establecer un modelo que nos permita diferenciar la comprensión de los planos narrativos por parte de un grupo de jóvenes, es decir, un modelo que diferencie ambos planos y favorezca la construcción de segundo plano en un texto narrativo determinado. A partir del modelo elaborado para la comprensión de segundo plano, ser capaz de reconocer qué tipo de jóvenes (hombres o mujeres) elaboran con mayor facilidad segundo plano y quienes no, además, observar si son capaces o no de diferenciar segundo plano y de qué manera se ve afectada la comprensión de éste dependiendo del género al cual pertenecen. Aplicar dicho modelo de comprobación en hombres y mujeres y, así, poder observar y analizar cómo se construye el segundo plano narrativo y con qué grado de dificultad es expuesto en ambos sexos. Pretendemos aplicar dicha experimentación a jóvenes de entre 16 a 23 años de edad, que cursan enseñanza media y enseñanza universitaria respectivamente.

Además, es importante señalar que a partir de los objetivos antes propuestos ha surgido la siguiente hipótesis:

La construcción del segundo plano narrativo está determinada por las variables de edad y género, es decir, a medida que los jóvenes crecen éste se va ampliando y enriqueciendo. Además, debemos precisar que la incidencia que tiene la variable género es fundamental a la hora de construirlo, ya que las mujeres, a medida que avanzan en edad, poseen una mayor habilidad cognitiva y lingüística, lo que permite que construyan con mayor facilidad el segundo plano narrativo en comparación a los hombres de sus mismas edades.

MARCO CONCEPTUAL

En primer lugar, debemos tener presente que la comprensión del procesamiento del discurso implica la construcción de representaciones mentales de un texto en diferentes niveles de la arquitectura cognitiva. Así, el ‘modelo mental’ que propone Jonson-Laird parece adecuarse a los parámetros de esta investigación, ya que propone que “existe un nivel de representación que va más allá del significado literal del discurso, ya que incorpora inferencias, instanciaciones y referencias a la representación proposicional” (Bocaz, 1993). De acuerdo con esto, los modelos mentales ejercen una función central y unificadora en cuanto a la representación de objetos, estado de las situaciones, secuencia de los sucesos, forma de percibir lo que el mundo es y de interpretar las acciones sociales y psicológicas de la vida cotidiana. Así, la comprensión del discurso encierra, no solo la construcción de un nivel en que inicialmente se representa la superficie textual y, luego, de otro en que se representa la información proposicional, sino además, de un nivel en que se incorpora la interpretación que el lector hace de él, es decir, las inferencias y predicciones que debió generar a fin de asignarle coherencia al relato.

Es importante señalar que toda teoría que intente dilucidar los fenómenos implicados en el procesamiento cognitivo del lenguaje debe tener la capacidad de explicar, formalmente, los niveles de comprensión de las unidades lingüísticas de que se ocupa. Para esto, se debe tener en cuenta que la mayoría de los procesos implicados en la tarea de comprensión, son independientes del lenguaje. Así, para lo que denominamos relatos o narraciones, podemos precisar cinco niveles de comprensión, los que se definen utilizando dos tipos de criterios:

El tipo de representación mental empleado para registrar el significado del relato La cantidad de inferencias que requieren ser derivadas de su procesamiento.

Estos criterios asignan una función determinante en la consecución de procesos de comprensión eficiente o adecuada. A continuación, se describen resumidamente, los niveles propuestos por Schank y Lebowitz, para la comprensión de relatos (Bocaz, 1992):

Caracterización de los sucesos: en un primer nivel, los relatos son comprendidos como meras secuencias de sucesos físicos. Conexión de sucesos: en un segundo nivel, los relatos son entendidos, al mismo tiempo, como secuencias de sucesos físicos y de las relaciones que existen entre ellos. Comprensión contextual: en un nivel de procesamiento más complejo, los relatos necesitan ser interpretados con recurso a información externa a ellos, pero directamente pertinente a sus contenidos específicos. Comprensión de intenciones: en un nivel de mayor profundidad, los procesadores requieren agregar, a la representación de la información factual aportada por los contenidos del relato, las metas y los planes de sus protagonistas, para lo cual precisan determinar las motivaciones que los animan. Comprensión contextual global: en un nivel todavía más profundo, la comprensión de los relatos demanda la utilización de conocimiento global de los sucesos del mundo en el cual se insertan, de modo que permitan la derivación de las inferencias necesarias para construir representaciones contextuales más ricas que las directamente específicas a sus contenidos. De acuerdo con esta teoría, los niveles de profundidad alcanzados en la comprensión de los relatos, están estrechamente vinculados con la capacidad para establecer relaciones y derivar inferencias, la cantidad de predicciones que resulten acertadas, el establecimiento de las motivaciones que animan a los protagonistas y la cantidad de conocimiento de mundo requerido para la correcta interpretación de la información narrativa. Además, se requiere de la selección de una estructura mental adecuada cuyos componentes guíen el procesamiento del relato; en este caso, una gramática y semántica narrativa. De esta forma, debemos entender los relatos como secuencias de acciones y sucesos interpretables mediante la identificación o inferencia de las causas, motivaciones, intenciones y propósitos que determinan el accionar de sus protagonistas. La comprensión y producción es guiada por estructuras mentales, lo cual implica que su adquisición es crucial para alcanzar procesamientos discursivos exitosos. Además, es importante destacar que los relatos, en cuanto tipo de discurso, se distinguen de otros en términos de los constituyentes que los configuran, sus reglas de estructuración y jerarquización, la especificación de sus planos narrativos y otras características que los identifican como ‘discurso narrativo’ propiamente tal. También debemos observar que la potencialidad de la narración se constituye en la medida en que se va haciendo necesaria, para el narrador, una macrocoherencia textual que contextualice el surgimiento de las diversas vertientes gestoras de mundos que actúan como contextos referenciales en los relatos, así, existiría un limite desde el cual la búsqueda de dicha coherencia conduciría a la ficcionalización del discurso y, por tanto, del relato en cuestión. De acuerdo con lo anterior, es importante hacer la distinción entre ‘primer plano narrativo’ y ‘segundo plano narrativo’. Si bien esta investigación está centrada en indagar la construcción de ‘segundo plano’, es esencial caracterizar ambos planos y así evitar su confusión. En cuanto al ‘primer plano’, podemos decir que se caracteriza por ser la línea argumental, el hilo principal o la trama estructural del relato, además, uno de sus rasgos característicos es la secuencialidad de sus elementos, es decir, está formado por una serie ordenada de sucesos causalmente vinculados, que constituyen el contenido central de la narración. Así, el primer plano permite precisar qué ocurre en la historia y por qué, por lo tanto, tiene un alto grado de informatividad. Es importante señalar que desde el punto de vista morfosintáctico, existen autores como Hopper y Chvany que caracterizan el primer plano como gramaticalmente más informativo, es decir, aquel que tiene los rasgos marcados de la información gramatical del relato. Por último, debemos señalar que desde el punto de vista semántico, el primer plano constituye lo que Van Dijk denomina macroestructura semántica de la narración, es decir, el resumen de sus contenidos centrales.

Respecto al ‘segundo plano o trasfondo narrativo’, podemos decir que se caracteriza como el nivel narrativo que apoya, amplía o comenta el primer plano. Uno de sus rasgos principales es el de la simultaneidad de sus componentes, es decir, los sucesos co-ocurren con los del primer plano y pueden estar localizados en cualquier lugar del eje temporal de la trama o incluso ser atemporales. Así, el segundo plano constituye el contenido de soporte de un relato, contenido que apoya el recuerdo de la historia y permite al lector asignar una mayor importancia relativa al componente central. De esta forma, el segundo plano sería menos informativo, ya que no incluye información nueva, sino que tematiza información ya narrada y la comenta o amplía como lo señalamos anteriormente. Si observamos el segundo plano desde un punto de vista morfosintáctico, podemos ver que éste no es informativo ya que conlleva los rasgos no marcados de las oposiciones gramaticales y además, en términos aspectuales, se marca por lo imperfectivo, porque la información sobre las acciones no completadas que provee esta distinción aspectual es uno de los rasgos que indican la simultaneidad de los sucesos sobre los que informa. También, es importante señalar que el segundo plano al ser caracterizado como un fondo narrativo sobre el que se proyecta una figura o línea argumental, aporta el contexto para la interpretación del primer plano o argumento del relato.

Finalmente, el segundo plano agrega especificidad e información contextual no incluida en su macroestructura semántica. En este punto es necesario precisar una taxonomía adecuada para el análisis del segundo plano o trasfondo narrativo, la cual fue tomada del estudio realizado por Cavalli et al. (1996):

Estados mentales de los personajes: el narrador atribuye a los personajes estados de conciencia, sensaciones, pensamientos, emociones, sentimientos y motivaciones que ayudan a explicar sus reacciones en puntos críticos del desarrollo de la trama narrativa. Estados físicos de los personajes: se caracteriza detalladamente los aspectos físicos de personajes principales o secundarios. Rasgos de personalidad de los personajes: aquí se asignan rasgos de carácter a los personajes, que explican su comportamiento en determinadas situaciones narrativas. Descripciones físicas elaboradas del contexto témporo-espacial: aquí se caracteriza detalladamente la secuencia temporal de los hechos narrativos y de los aspectos físicos del entorno espacial en que éstos están insertos. Descripciones elaboradas de hechos narrativos: caracterizaciones que ornamentan la descripción de los estados, sucesos y acciones que acontecen en el relato. Marcas del narrador: éstas evidencian la presencia del narrador en el relato. Intensificadores semánticos y pragmáticos del discurso: recursos lingüísticos que permiten enfatizar segmentos del relato a los que el narrador asigna una determinada relevancia. Interpretaciones abductivas de fenómenos narrativos complejos: abducciones generadas para otorgar coherencia local o global a sucesos narrativos de difícil interpretación. Elaboraciones ornamentadas de marcos y cierres de relatos: se detallan las circunstancias de mundo del marco del relato, de la resolución del conflicto inicial en el cierre del relato y de la proyección de los protagonistas en nuevos mundos narrativos posibles.

No debemos olvidar que para el análisis del segundo plano narrativo se utilizarán tanto categorías semánticas como morfosintácticas, ya que creemos que es importante aunar estas categorías para obtener mejores resultados y así construir un análisis más global de lo que a segundo plano se refiere.

Otro punto que no podemos dejar de abordar, es el que se refiere a la diferenciación de género en el discurso. Algunos teóricos -entre ellos Deborah Tannen- señalan que existe una determinada tendencia a asignar significados a la conversación y tal propósito sería distinto en hombres y mujeres. Además, hay que precisar que las consecuencias de las diferencias de estilo en el discurso operan en detrimento de los miembros de grupos ya estigmatizados en nuestra sociedad, y a favor de quienes tienen el poder para imponer sus interpretaciones, es decir, las diferencias de poder socialmente determinadas son un elemento inextricable de la teoría y la investigación de la diferencia cultural. Sin embargo, no podemos negar que las relaciones que se dan en el discurso pueden entenderse en el marco de la diferencia cultural y esto proporciona un modelo para explicar cómo se puede crear la dominación en la interacción discursiva. De esta forma, Tannen señala:

Nadie podría negar que los hombres, como clase, dominan a las mujeres en nuestra sociedad, ni que muchos hombres tratan individualmente de dominar a las mujeres en su vida. Y sin embargo, la dominación masculina no lo es todo. No basta para explicar todo lo que ocurre a las mujeres y a los hombres en las conversaciones, especialmente en las conversaciones en que ambos tratan automáticamente de establecer una relación de atención y respeto mutuo. El efecto de dominación no es siempre resultado de la intención de dominar (Tannen, 1996: 21-22).

En otras palabras, lo que la autora pretende decir es que de ninguna manera podemos negar la existencia de la dominación en la interacción discursiva. Es más, las relaciones de dominación y subordinación se construyen en la interacción y de esta forma, las diferencias sistemáticas entre los estilos que caracterizan a hombres y mujeres colocan a menudo a las mujeres en una relación de subordinación en la interacción con los hombres.

MÉTODO

El corpus que emplearemos en esta investigación consta de 30 relatos de alumnos de enseñanza media y universitaria chilenos, entre 16 y 24 años, hablantes nativos de español. Cabe destacar que 15 relatos pertenecen a mujeres y los otros 15 a hombres.

Para realizar la investigación, se empleará una película llamada ‘Las Peras’, la cual dura seis minutos aproximadamente y cuenta la historia de un niño que roba un cesto de peras a un campesino que las está cosechando y escapa sin que éste se de cuenta, viviendo una serie de peripecias en el camino. Además, es necesario precisar que esta historia no cuenta con diálogos, sino que es una secuencia de imágenes con sonidos de fondo, lo que permite que los jóvenes infieran estados mentales y características de los personajes que, finalmente, los llevan a construir segundo plano en su narración. Por otro lado, no se trata de una película animada, lo que permite que los sujetos se sientan identificados con los personajes y de esta forma, las inferencias se generen con mayor facilidad, ya que a través del conocimiento de mundo que los sujetos poseen, pueden atribuir sus propios estados mentales y características físicas, a los personajes de la historia. Luego de que los jóvenes observen la película, se les entregará una hoja en donde deben relatar la historia que han visto. De esta forma, se analizarán los relatos y se verá en qué medida existe o no construcción de segundo plano narrativo.

Es importante mencionar que antes de aplicar la muestra a los alumnos de enseñanza media y universitaria, ésta se aplicó a diez jóvenes entre 18 y 24 años, cinco hombres y cinco mujeres, con el propósito de probar la efectividad del método, corregir detalles y evitar cometer errores en el momento de la aplicación final.

PRESENTACIÓN Y DISCUSIÓN DE LOS RESULTADOS

En primer lugar, se aplicó el método a diez jóvenes, cinco hombres y cinco mujeres entre 18 y 24 años respectivamente. Consideramos que no es pertinente hacer un análisis de estas muestras, ya que como se señaló anteriormente, esto solo servirá de prueba para no cometer errores al momento de la aplicación final.

En la aplicación final, que consta de 30 relatos (15 relatos masculinos y 15 femeninos), de jóvenes entre 16 y 24 años, estudiantes de enseñanza media y universitaria, podemos observar lo siguiente:

Hombres: en los relatos masculinos, podemos apreciar que, sin duda, existe construcción de segundo plano, pero, principalmente, éstos se centran en construir una línea argumental o lo que hemos denominado primer plano narrativo. Además, observamos que la construcción del segundo plano está dada por las siguientes categorías:

CATEGORÍA EJEMPLOS
Estados mentales de los personajes (...) se las dio el niño, que le sacó la cesta al hombre trabajador, que en esos momentos estaba un poco confundido... [Jaime Herrera, 24 años]

(...) pasa por el camino un niño en bicicleta, el cual aprovecha que el campesino está distraído cosechando... [Manuel Robles, 19 años]

Estados físicos de los personajes (...) en el camino ve pasar una niña hermosa, la cual lo distrae con su hermosura... [Manuel Robles, 19 años]

(...) y se lo devuelven al niño lastimado... [Santiago Robles, 24 años]

Rasgos de personalidad de los personajes (...) el hombre trabajador solo veía como sus peras se alejaban con esos tres niños... [Jaime Herrera, 24 años]

(...) y viene un pendejo barsa y le roba un canasto con peras... [José Malhue, 19 años]

Interpretaciones abductivas de fenómenos narrativos complejos (...) al principio de la historia se encuentra un campesino recolectando frutas, las cuales nadie nos asegura que son de su propiedad... [Felipe Cajas, 16 años]

(...) y todos quedan felices menos el viejo que sacaba las peras que tendrá que trabajar más... [Esteban Miranda, 18 años]

Elaboraciones ornamentadas de marcos y cierres de relatos Marco:

(...) Esta historia cuenta el desenlace de cómo una cosa lleva a la otra, y como un hecho del cual no se sacaría nada provechoso se transforma en la ocasión para beneficiar a tres jóvenes por sus buenas acciones... [Jaime Cajas, 23 años]

(...) Había un forastero a pleno calor en un peral sacando peras... [Marcelo Videla, 22 años]

Cierre:

(...) cuando ellos ya no se encontraban el hombre se dio cuenta de lo acontecido... [Marcelo Videla, 22 años]

(...) y el hombre trabajador solo veía como sus peras se alejaban con esos tres niños... [Jaime Herrera, 24 años]

 

Mujeres: en los relatos femeninos podemos apreciar que existe una mayor complejidad en la construcción de trasfondo narrativo. Además, vemos que las mujeres son mucho más evaluativas al momento de colocar un titulo a la narración. También se aprecia que la construcción de segundo plano está dada por las siguientes categorías:

CATEGORÍA EJEMPLOS
Estados mentales de los personajes (...) el niño en la bicicleta voltea y espera a que le devuelvan su gorro. Agradecido por la acción le regala tres peras, una para cada uno... [Pía Cajas, 21 años]

(...) Además, se desconcentró, perdió el equilibrio y se cayó... [Mariela Malhue, 22 años]

(...) el niño se distrajo y perdió el control de la bicicleta... [Natalia Vásquez, 22 años]

Estados físicos de los personajes (...) en el trayecto del niño se le cruza una niña aproximadamente de la misma edad... [Fabiola Yévenes, 23 años]

(...) llegó un niño en bicicleta y se llevó uno de ellos. Mientras iba con las peras, en sentido contrario venía una niña, también en bicicleta... [Mariela Malhue, 22 años]

Rasgos de personalidad de los personajes (...) pasó un niño y al verlas tan bellas y jugosas decide robarlas y se aleja feliz con sus peras... [Jocelyn Adasme, 24 años]

(...) el niño afectado, en agradecimiento le regala tres peras y ellos se van... [Silvana Guerrero, 21 años]

(...) el cansado temporero sacaba una a una las peras del árbol... [Natalia Vásquez, 22 años]

Interpretaciones abductivas de fenómenos narrativos complejos (...) al cual le habían robado al principio las peras y él no entendía nada... [Jocelyn Adasme, 24 años]

(...) y vio a los tres niños que venían, cada uno comiendo una pera, probablemente sospechando que ellos las habían robado... [Marisela Gómez, 16 años]

(...) pero de pronto pasan los tres niños que habían ayudado al ladrón, y van comiendo peras, por lo que el campesino asume que ellos se las habían robado... [Silvana Guerrero, 21 años]

Elaboraciones ornamentadas de marcos y cierres de relatos Marco:

(...) Un hombre está en un campo sacando peras de un árbol... [Marisela Gómez, 16 años]

(...) Un señor cosechaba peras de un árbol cuando tiene lo suficiente las va dejando en el suelo... [Macarena Salas, 21 años]

(...) Un hombre está cosechando peras, llena una cesta con éstas y nuevamente sube al peral en busca de otros frutos más. Mientras está arriba... [Paz Farías, 23 años]

Cierre:

(...) los niños se fueron y pasaron por el mismo camino de donde se habían sacado las peras inicialmente... [Carolina Navarro, 23 años]

(...) pero de pronto pasan los tres niños que habían ayudado al ladrón, y van comiendo peras, por lo que el campesino asume que ellos se las habían robado... [Silvana Guerrero, 21 años]

(...) No sólo le ayudaron a recoger las peras, sino también recogieron su sombrero. Luego, el niño siguió su camino... [Mariela Malhue, 22 años]

No podemos negar que este estudio nos muestra el carácter evolutivo de la construcción del segundo plano o trasfondo narrativo en los relatos juveniles. Además, es importante destacar que existe una clara diferencia entre la construcción de segundo plano narrativo de hombres y mujeres, ya que se puede observar que las mujeres construyen con mayor claridad y complejidad segundo plano. Por lo general, los hombres tienden a centrar el relato en lo que hemos denominado primer plano, ya que se concentran en narrar la línea argumental del relato y pasan por alto detalles que para las mujeres son trascendentales. También, hay que señalar que respecto a los títulos utilizados tanto por hombres como por mujeres, vemos una clara diferenciación en su creación, ya que las mujeres son mucho más evaluativas, en cambio los hombres tienden a resumir el contenido central de la historia, por ejemplo:

VARIABLE TITULO
HOMBRES ‘El Hurto’ [Felipe Cajas, 16 años] ‘El Robo’ [José Malhue, 19 años] ‘Amistad’ [Jaime Cajas, 23 años] ‘¿Y esas peras?’ [Jaime Herrera, 24 años]
MUJERES ‘A veces uno ayuda a quien no lo merece’ [Natalia Vásquez, 22 años] ‘La conciencia como justicia’ [Paz Farías, 23 años] ‘Las cosas siempre se devuelven’ [Carolina Navarro, 23 años] ‘Nunca descuides tu trabajo, te lo pueden robar’ [Jocelyn Adasme, 24 años]

Otro punto importante que no podemos dejar de lado es el hecho de que en la tarea de organizar los contenidos gráficos del texto en la narración los hablantes emplean su conocimiento de las formas canónicas de los relatos, así como su conocimiento de las acciones sociales. Como la acción es parte esencial de un relato, resulta explicable que al narrar, el hablante utilice información acerca de cómo ocurren las acciones en circunstancias reales. Esta información, se encuentra representada en forma de esquemas mentales de distinta naturaleza.

CONCLUSIÓN

Una vez finalizada la investigación, pudimos observar que si bien las mujeres están bajo una relación de subordinación en el discurso cara a cara o conversación respecto de los hombres, podemos apreciar que en el discurso escrito se da completamente lo contrario, ya que es en este ámbito donde ellas pueden expresarse con mayor libertad y toda dominación queda supeditada a lo que a discurso conversacional se refiere. Así, observamos que existe una clara diferencia de género en el discurso narrativo y más palpable aún en el de las mujeres, ya que son éstas quienes a través de herramientas lingüísticas y cognitivas superan ampliamente a los hombres, lo que se traduce en un enriquecimiento en la construcción de segundo plano o trasfondo narrativo.

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