INTRODUCCIÓN

El siguiente, es un análisis pragmático-discursivo de carácter descriptivo que busca interiorizar en la naturaleza de los topoi o “lugares comunes” utilizados en discursos argumentativos. En dicho estudio han sido aplicadas las ideas tradicionales sobre los denominados topoi, es decir, las que encontramos en la retórica clásica. Sin embargo, los topoi han sido tratados desde diversas orientaciones teóricas, no sólo por los retóricos. El trato que han recibido por cada escuela contiene más semejanzas que disimilitudes. Por esta razón parece ser bastante acertado sospechar que la naturaleza de los topoi es relativamente variada y flexible, de modo tal que pueden estar orientados hacia distintas líneas argumentativas –y de distinta naturaleza, como tendencias lógicas y lingüísticas. Para el presente estudio, hemos seleccionado tres escuelas distintas a fin de dilucidar los matices teóricos de los topoi y su comportamiento en discursos auténticos. Los tres modelos son los siguientes:

Retórica clásica (considerando especialmente a sofistas como Gorgias y Protágoras, y los razonamientos socráticos sobre los retóricos); Nueva retórica (Ch. Perelman); Teoría de la argumentación en la lengua (O. Ducrot).

Cada categorización expresa tendrá su antecedente en Perelman y en Ducrot. En cuanto al corpus, hemos seleccionado la sección de opinión del diario El Mercurio llamada “Cartas al director”.

OBJETIVOS

Indagar en la naturaleza de los topoi y su comportamiento en discursos argumentativos actuales. Reconocer las directrices teóricas generales detrás de cada enfoque argumentativo y parcelar el comportamiento argumentativo de acuerdo a éstas. Caracterizar el material discursivo de las cartas al director del diario El Mercurio de acuerdo con el empleo de los topoi. Distinguir de qué modo estos “lugares comunes” sustentan y orientan la argumentación. Evaluar si la crítica a la autoridad privilegia un tipo de tópicos en desmedro de otros.

MARCO CONCEPTUAL

Panorama histórico de las teorías argumentativas referidas. Retórica

El enfoque tradicional de la teoría argumentativa está en manos de la retórica antigua o clásica. Ésta asume una perspectiva que resalta la técnica y los recursos argumentativos; es decir, la argumentación como un método, una táctica o estrategia conciente de propagación de ideas. La disciplina que sostuvo tales propósitos correspondía en aquel entontes a la retórica. Si nos remontamos a los conceptos y distinciones socráticas, tenemos que ubicar la retórica dentro de las artes, a las que clasifica según el objeto: el cuidado del alma y el cuidado del cuerpo. Según Sócrates, la retórica estaría dentro de aquellas artes que contribuyen a un falso cuidado del alma. La razón para este descrédito se debe a que la retórica estaba inicialmente –y durante siglos- en función de la persuasión y no de la argumentación.

Existe una desemejanza semántica entre el persuadir y el argumentar. Según lo ya señalado, el objeto de la retórica en sus primeros vagidos focaliza la persuasión en tanto técnicas o tácticas capaces de inducir un cambio de postura en el otro; en este sentido, el otro no sería un interlocutor válido, por esto Sócrates descalifica la retórica. La persuasión en su afán de persuadir acudiría a todos los medios posibles, pues lo que la justifica es el fin, sin importar los medios. De ahí que las técnicas persuasivas sean consideradas como medios oscuros. Sin embargo, entre esas técnicas debemos situar a la argumentación; el origen de ésta estuvo indisolublemente ligado a la retórica en su finalidad persuasiva. De modo que, cualquier referencia diacrónica a la argumentación, necesariamente tiene que señalar este pasado negativo, como acto delimitado por la persuasión, sin considerar al otro y su razonamiento.

En suma, la argumentación en su origen fue un elemento meramente funcional a los propósitos de la retórica; ésta a su vez, buscaba persuadir y no convencer (entendiendo convencer, como consecuencia de la argumentación).

La nueva retórica

Fue después de muchos siglos, cuando la retórica dio un giro de magnitudes considerables. Se trata de un cambio de foco, surge una nueva retórica en función de la argumentación y no de la persuasión. En este sentido, quien argumenta busca la adhesión de un interlocutor válido. En la argumentación hay un proceso intelectual, están en juego las razones; no así en la persuasión, que se dirige hacia una meta a través de cualquier medio (según Sócrates). El precursor de esta nueva retórica es Ch. Perelman, éste la concibe como una teoría de la argumentación. Entre los giros más notables está el traslado de la retórica a las leyes que rigen el pensamiento, es decir, la lógica. Se trata de un modo de argumentar que está fuertemente regido por la lógica. Sin embargo, el mismo Perelman termina analizando argumentos que no son precisamente lógicos, sino retóricos (como el argumento de la incompatibilidad o del sacrificio).

La argumentación en la lengua

El lingüista de origen francés Oswald Ducrot, junto con su discípulo J. C. Anscombre, proponen una nueva teoría de la argumentación denominada “Teoría de la Argumentación en la Lengua” (TAL). La TAL se plantea en función de propósitos completamente diferentes al punto de vista lógico; esta teoría se desarrolla en el marco de la lingüística de frase y adquiere matices muy divergentes respecto de los tradicionales. Su investigación se orienta hacia postulados cada vez más distantes de la concepción representacionalista de la lengua, y se acerca e identifica con su carácter subjetivo. Ducrot postula que la argumentación está escrita en la lengua, en las frases mismas. Propone que ciertos enunciados no son lingüísticamente aptos para sustentar ciertas conclusiones, independientemente de la lógica; es decir, atribuyen a la lengua misma cierta estructura argumentativa.

Contraste de enfoques

Hemos considerado tres enfoques distintos a la argumentación, de éstos podemos destacar las siguientes generalidades:

Retórica clásica: perspectiva que resalta la técnica y los recursos argumentativos; es decir, la argumentación como un método, táctica o estrategia conciente de propagación de ideas. En ello, un horizonte aún distante de la lógica con incipiente tendencia filosófica, en manos de sofistas. Nueva retórica: la gran innovación de esta perspectiva respecto de la anterior es el desplazamiento hacia la lógica. Hay también una tendencia descriptiva, en tanto busca inventariar los argumentos. Teoría de la argumentación en la lengua: el enfoque de Ducrot pone entre paréntesis a la lógica y postula que la argumentación está arraigada en la lengua. Señala que la lengua posee una estructura esencialmente argumentativa, independiente de los criterios de falsedad o veracidad. Los topoi

Entre los elementos que unifican los enfoques aludidos están los denominados topoi o también llamados tópicos. Traducimos topoi como “lugares comunes” y son principios argumentativos que aseguran el paso de un argumento a una conclusión; son las premisas más generales para justificar una determinada postura argumentativa.

Perelman señala que tarea casi imposible esbozar una lista de todos los tipos de lugares patentes en la argumentación y se limita sólo a dar una clasificación muy general de éstos, poniendo atención a aquellos que fueron especialmente tomados en cuenta por el auditorio:

Según la cantidad:

“Por lugares de la cantidad entendemos los lugares comunes que afirman que algo vale más que otra

cosa por razones cuantitativas

20”.

El principio o fórmula general y común a estos topoi es: “vale más el todo que la parte”.

Ejemplos:

- “Los atletas son inferiores a los educadores, porque sólo ellos se benefician de su fuerza, mientras que los hombres que piensan bien son provechosos para todos”.

- “Es preferible un mayor números de bienes a uno menor”.

- “Es preferible lo duradero y estable, a lo que es menos”.

Según la cualidad:

Generalmente aparecen en la argumentación cuestionando los topoi de cantidad y los números. Estos topoi oponen al número la cualidad. Lo verdadero será verdadero sin importar el número de opositores.21

Ejemplos:

- “Es único en su género, por lo tanto, es invaluable”.

- “De lo bueno poco”.

- “La calidad va por dentro”

Estos dos lugares son los que Perelman desarrolla con mayor minucia, pero además existen lugares del orden, lo existente, la esencia, la persona. La clasificación que Perelman propicia a los topoi es distinta a la que efectúa Aristóteles en su Retórica, pero conceptualmente no hay diferencias en lo que cada escuela entiende por topos.

Los topoi también han sido considerarlos como prejuicios propios de una sociedad, una garantía aceptada por el sentido común cuya fuerza apoya o justifica una conclusión. Viéndolo así, los topoi pueden corresponderse o no con la realidad, es decir, almacenan contenido verdadero o falaz. Lo trascendente en términos descriptivos es que son capaces de conceder mayor o menor fuerza22 a los argumentos, gracias a la aceptación que tienen en una comunidad (independientemente de su “vericondicionalidad”). Esta última característica es la que privilegia Ducrot. En esta línea tenemos los siguientes ejemplos:

“el libro es interesante”.

En el enunciado anterior se ha usado la palabra interesante; es posible entender esta adjetivación de dos maneras: primero, podemos considerar que un objeto (en este caso “el libro”) es interesante pues posee ciertas propiedades que lo oponen a los objetos ininteresantes, de modo que el libro sería calificado como interesante por poseer estas propiedades. El segundo modo, es entender el enunciado como un argumento que aspira a una gama de conclusiones (como por ejemplo: “léelo”, “cómpralo”, etc.). Desde este punto de vista, el predicado ser interesante no se refiere a una propiedad del libro, sino de una alusión a un “lugar común”, un ‘topos’, que permite o autoriza ciertas conclusiones en una determinada comunidad hablante.

Otros ejemplos:

1) “María es inteligente: habla inglés, francés e italiano”

topos: las personas inteligentes hablan muchos idiomas.

2) “no te juntes con Jaime, es pobre, o sea, ordinario”

topos: la gente pobre es ordinaria, y la gente rica es educada.

3) “¡ese cuico es más agrandado!”

topos: la gente rica es soberbia, y la gente pobre es humilde.

En suma, las tres escuelas, a pesar de enfocar su objeto con miradas tan divergentes, tienen un punto de aproximación en los lugares comunes. En vista de esto, es totalmente factible reconocer que el topos es de naturaleza mixta, puesto que es analizable según su correspondencia con lo verdadero y su aceptabilidad en un auditorio: naturaleza lógica; y además, según la gama de conclusiones u orientaciones que acredita: naturaleza discursiva o lingüística.

METODOLOGÍA

Esquema operativo

Leer el corpus de cartas al director; Identificar los principales topoi usados en la estructura argumentativa de cada discurso; Clasificar los topoi; Describir el tipo de enunciantes, considerando principalmente la postura crítica de sus cartas; Analizar qué tipo de vinculación (casual o no casual) existe en el privilegio de ciertos topoi por parte de los hablantes.

Esta metodología será realizada en cinco secciones respectivas de una hora. Sumando a esto el apoyo bibliográfico, los resultados estarían en un plazo de dos días.

Corpus y muestra

El análisis será aplicado a un total de 7 cartas al director, tomadas de la sección de Opinión del diario El Mercurio del domingo 2 de julio de 2006. Los tipos de sujetos enunciantes varían homogéneamente entre profesionales, dirigentes y académicos; de modo que su nivel educacional está por sobre la media. Seis de los tales son hombres, pero la incidencia del sexo es trivial.

PRESENTACIÓN Y ANÁLISIS DE RESULTADOS

Listado de topoi en cada carta

Carta 1

Los pescadores generalmente no usan las calles y carreteras. El impuesto a la bencina desincentiva el uso del automóvil. El impuesto a la bencina genera pobreza.

Carta 2

Un departamento con sistema de seguridad está más protegido contra la violencia. La delincuencia no disminuye con mejorar nuestro sistema judicial, la actuación de carabineros y los programas de rehabilitación. La exposición permanente de escenas violentas en los medios de comunicación incentiva la violencia. Las experiencias europeas (en cuanto a combatir la delincuencia) y canadienses son respetables. La delincuencia es responsabilidad de todo el país.

Carta 3

Los abusos a gente modesta suscitan más compasión. La gente modesta sufre con el acoso de la prensa.

Carta 4

Politizar o no politizar un problema nacional es un asunto trivial.

Carta 5

El acercamiento popular a la clase política genera molestias a la presidenta.

Carta 6

Las universidades son empresas que lucran con el pago de los alumnos.

Carta 7

Una autopista no significa mayor desarrollo o progresión que un parque.

La mayoría de los topoi expuestos acreditan los argumentos centrales en las propuestas críticas de cada carta; hemos incluido, en algunos casos, lugares comunes que cumplen una función más bien accesoria en la línea argumentativa de las cartas, y en un menor número de casos, topoi que el autor menciona con el objeto de desacreditar.

A continuación presentaremos la primera agrupación de topoi de acuerdo con el criterio de la veracidad; hemos parcelado las posibilidades en tres tipos: aceptable (topos que se sostiene desde el punto de vista lógico y que no genera mayor detracción en el sentido común de las personas), discutible (topos que se sostiene desde el punto de vista lógico pero de contenido controversial) y falaz (topos que por su construcción formal o contenido explícito no se sostiene). No hemos incluido una categoría para “topoi verdaderos” pues esa tarea escapa al análisis pragmático de los argumentos. Agregaremos en esta distinción si el topoi es central o accesorio respecto de la tesis principal sostenida. Los resultados son:

Topoi falaces:

Las experiencias europeas (en cuanto a combatir la delincuencia) y canadienses son respetables. (2-d accesorio) Los abusos a gente modesta suscitan más compasión. (3-a accesorio) La gente modesta sufre con el acoso de la prensa. (3-b accesorio)

Topoi discutibles:

El impuesto a la bencina desincentiva el uso del automóvil. (1-b) El impuesto a la bencina genera pobreza. (1-c)

(Estos dos topoi son presentados por el enunciante con el objeto de desacreditarlos)

La delincuencia no disminuye con mejorar nuestro sistema judicial, la actuación de carabineros y los programas de rehabilitación. (2-b accesorio) La delincuencia es responsabilidad de todo el país. (2-e central) Politizar o no politizar un problema nacional es un asunto trivial. (4-a accesorio) El acercamiento popular a la clase política genera molestias a la presidenta. (5-a accesorio). Las universidades son empresas que lucran con el pago de los alumnos. (6-a accesorio) Una autopista no significa mayor desarrollo o progresión que un parque. (7-a central)

Topoi aceptables:

Los pescadores generalmente no usan las calles y carreteras. (1-a accesorio) Un departamento con sistema de seguridad está más protegido contra la violencia. (2-a accesorio). La exposición permanente de escenas violentas en los medios de comunicación incentiva la violencia. (2-c central)

De estos datos podemos afirmar que la mayoría de los topoi usados en el tipo de argumentación estudiado son discutibles; ningún topos falaz es usado para sostener una idea central; las ideas centrales en cada carta son altamente discutibles.

Ahora, de los topoi centrales evaluaré su carácter (entendiendo por esto, si el topos es una aserción que implica a la autoridad –vertical- o no –horizontal-):

Horizontales: 2-c, 7-a, 2-e.

Verticales: ninguno.

De los topoi accesorios, en cambio:

Horizontales: 2-a, 1-a, 3-b, 3-a, 2-d

Verticales: 6-a, 5-a, 4-a, 2-b.

De estos datos podemos afirmar:

Aunque se trata de cartas al “director”, es decir, una entidad que representa la autoridad en la nación, los argumentos centrales son altamente sociales, (esto no significa que la crítica sea mayormente social, sino que los argumentos para apoyar una idea crítica son sociales); las aserciones que implican a la autoridad, en cambio, aparecen mayormente en topoi accesorios, o sea, en argumentos que están sólo para apoyar la tesis central: esto puede ser interpretado como un afán crítico (hacia la autoridad) pero cortés e indirecto (utilizando afirmaciones o topoi accesorios pero no centrales).

En cuanto a la clase de topoi que hace Perelman, según la cualidad y cantidad, tenemos (es importante señalar que estas categorías no abarcan la totalidad del corpus, Perelman también habla de otros tipos de topoi):

Según la cantidad: 2-c, 2-e.

Según la cualidad: 2-a, 2-b, 2-d, 3-a, 4-a, 5-a, 7-a.

A partir de estos datos, podemos afirmar que la mayoría de los topoi utilizados apelan a la calidad, y como vimos, los topoi de cualidad se formulan en oposición a los de cantidad, de modo que refuerza el carácter crítico de las cartas.

CONCLUSIONES

Según el análisis del corpus de cartas al director, hemos advertido primero, que hay un tipo de escritor relativamente homogéneo: profesionales, dirigentes y académicos de alto nivel educacional. Este tipo de personas, pareciera privilegiar lugares comunes discutibles, de modo que las cartas acumulan un fuerte contenido controversial. Sin embargo, las aseveraciones centrales van dirigidas más bien a la sociedad y no a la autoridad. En cambio, los topoi que implican a la autoridad aparecen como elementos adicionales o accesorios, probablemente por una restricción vinculada a la cortesía o cierto principio de “indirectabilidad” que opera en los escritores de estas cartas; es decir, generalmente no encontraremos denuncias directas hacia la autoridad, sino en una forma implícita y mesurada. Finalmente, hay una marcada inclinación al manejo de los topoi que apelan a la cualidad; lo que destaca el carácter crítico de las cartas.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Ducrot, O. Y J.C. Anscombre, 1988. La argumentación en la lengua. Madrid: Gredos. Perelman, CH. Y L. olbrecht-tyteca, 1994. Tratado de la argumentación. Madrid: Gredos. Diario el Mercurio, domingo 2 de julio, 2006.