TEORÍAS HEGEMÓNICAS Y PENSAMIENTO EXCLUIDO.
EL CASO DE BERISTÁIN DE SOUZA (*)

Por Luis Hachim,
Universidad de Chile

dedicado [...] a la perplejidad y al temor de un joven provinciano ante
la doctrina de que no hay yo, y él, por consiguiente, no existe.
J. L. Borges

En esta exposición quiero tratar sólo dos temas desarrollados en el programa de una investigación literaria en curso, que se refiere a la Biblioteca Hispano-Americana Septentrional (1), escrita por José Mariano Beristáin de Souza, publicada en tres tomos en los años 1816, 1819 y 1821 en México. El primer tema, se refiere al conocimiento de una biblioteca de textos criollos e indígenas, producidos en el virreinato de Nueva España que incluye también letrados de la América Meridional. El tema de los repertorios/bibliotecas ha estado ausente en las preocupaciones y agendas de la crítica literaria latinoamericana. El segundo tema, propone algunas consideraciones respecto de los problemas que introduce este corpus, tanto en las prácticas teóricas dependientes de la crítica europea y norteamericana, como en los procesos de transferencia (unilaterales) de modelos de análisis desarrollados para otras comunidades hermeneúticas.

En perspectiva del primer tema, las "noticias biográficas" y artículos han sido extraídos de la tercera edición (1947) "incluidos los anónimos, las adiciones de Ramírez, Osores, Medina, Cossío, Wagner, etc. [que] sobrepasa la cifra de 4.748 [artículos y noticias] [acercándose a]; un total de [...] cinco mil, en su gran mayoría biobibliográficas"(2) (40).

Esta biblioteca o catálogo de literatos americanos, constituye parte importante de una tradición poco conocida en el espacio del pensamiento crítico literario actual.

El prospecto con el cual Beristáin abre la biblioteca o catálogo se titula, "Discurso Apologético de la liberalidad del gobierno español en sus Américas, que sirve de Prólogo a la Biblioteca Hispano-Americana Septentrional". Un análisis acotado de este "Discurso apologético" (3), indicaría la pertinencia de esta obra, en el desarrollo de la crítica literaria latinoamericana actual, con la intención evidente de producir conocimiento nuevo sobre ese pensamiento distinto. En esta análisis corresponde plantear si el discurso del autor responde a una reflexión diferenciada en el dominio de las letras y por otro lado, determinar el posible contexto de una autonomización incipiente de la cultura, frente al dominio social y político hispánico, inscrito por la función-autor (4) en el cruce del enunciado con la enunciación.

Por lo menos, en la función-autor se asume la propiedad de un discurso en tensión permanente. Beristáin es legitimista (5), en el sentido que argumenta en pro de las políticas de los reyes españoles y por otro lado, nacionalista; pero esta oposición se resuelve en la opción por un tempranero Hispanoamericanismo cultural. Esta contradicción se fundamenta a partir de lo que llamaremos su patriotismo criollo.(6)

En las primeras líneas del "Discurso apologético", Beristáin cuenta que siendo niño viajó a Valencia, ahí leyó por "primera vez la Bibliotheca Mexicana, que [Eguiara y Eguren] dio a luz en México el año de 1755" (15).

Mas como era un tomo solo, comprensivo únicamente de las tres primeras letras del abecedario de los nombres de los escritores mexicanos, quedé inquieto y deseoso de haber a las manos los siguientes, que creía yo también publicados. Y cuando el sabio D. Gregorio Mayans [...] me desengañó de que la obra de Eguiara ni se había continuado, ni menos concluido; no sólo fue grande mi pesar, sino que concebí desde entonces deseos de continuarla y concluirla (15-16).

Es claro que en la base del proyecto de Beristáin está la Biblioteca Mexicana del canónigo mexicano y Doctor Don Juan José de Eguiara y Eguren (1696-1763). Este sería el primer catálogo de letrados indígenas, criollos y españoles americanos que dieron vida a la cultura de América, abarcando desde los vestigios textuales y escrituras propias de los aborígenes prehispánicos, hasta las obras de los españoles americanos del período colonial (7). Los veinte Prólogos o Anteloquias constituyen una reflexión precursora del pensamiento americano y de las modalidades del trabajo intelectual en México y América.

Beristáin asume la continuidad del Proyecto, pero desde una perspectiva particular

resolví emprender la formación de esta mía bajo otro plan y método que la de Eguiara; y registré para ello todas las historias de la América, todas las crónicas generales de las órdenes religiosas, y las particulares de las provincias de la Nueva España y Distritos de los arzobispados y sufragáneos de Santo Domingo, México y Guatemala; [...] vi todas las bibliotecas impresas y MS. de dichas órdenes, y las seculares de D. Nicolás Antonio, Antonio León Pinelo, Matamoros, y otros. Visité y examiné por mí mismo las librerías todas de México, [...], las de S. Angel, S. Joaquín, Tezcuco, Tacubaya, Churubusco, S. Agustín de las Cuevas, Tepozotlan y Querétaro, encargando igual diligencia a algunos amigos de las ciudades de la Puebla, Valladolid y Guadalajara, que a la verdad no tomaron con empeño mi encargo, y que me han perjudicado mas con su indolencia, que con haberse excusado desde el principio. Además, adquirí noticias auténticas de lo que podían encerrar los archivos[ ](8), aunque éstos no se franquearon, como era de esperar, por afectados misterios y escrupulosidades impertinentes, cuando es constante, que en algunos de ellos ha habido tanto descuido, que lo más precioso que contenían, está ya en poder de los extrangeros (17).

Siempre en el marco del conocimiento de una biblioteca/repertorio, es decir de una obra que da cuenta del conjunto de textos manuscritos e impresos, de diversos autores de una nación; conviene aclarar que el método de Beristáin revela un trabajo bibliográfico y literario que introduce en el ámbito enunciativo, una serie de dispositivos discursivos que prefiguran la escritura crítica:

· En primer lugar se pronuncia por "otro plan y método" intuyendo la relación específica de sujeto y objeto de estudio. Por otro lado, da cuenta de la transformación de la recepción y producción cultural de la época previendo un público, posibilidad no considerada en los estudios del período. Entonces, las estrategias del texto buscarán satisfacer la presencia de esta nueva recepción.

· En perspectiva de estos receptores, escribe en Español y no en Latín "porque [...] no era ya tiempo de hacer tal agravio a la lengua española, y porque [...] debía escribirse en lengua vulgar una obra, cuya lectura podía interesar a muchas personas más de las que saben o deben saber la lengua latina" (17).

· Organiza el Catálogo de autores por Apellidos. "Tampoco me acomodó el método de poner los escritores por el alfabeto de los nombres, y preferí colocar los míos según el orden alfabético de los apellidos, mucho más cómodo para los que por lo común buscan" (17).

· El criterio de selección y recopilación rigurosa de información, privilegia la idea del trabajo colectivo con el fin de cubrir la mayor cantidad de fuentes disponibles, creando incluso un sistema de corresponsalías que no tuvo comprensión entre los posibles colaboradores. "Este género de escritos debe ser obra de una sociedad o de muchas manos, para que se acerque a su perfección. Yo me atreví a emprender solo la formación de esta biblioteca; pero siempre con la confianza de que a otras plumas, a quienes animen los mismos motivos que a la mía, concluirán la obra, enmendando mis descuidos"(33).

· La búsqueda de noticias biobibliográficas, de manuscritos y códices asume la forma de una indagatoria que va más allá del sentido común. Interesa la objetividad y el trabajo endoscópico "adquirí noticias auténticas de lo que podían encerrar los archivos" (17). Esta noción de archivo es importante para el proyecto de Beristáin que tiene claramente un carácter moderno.

Por otro lado, se preocupó por el patrimonio bibliográfico de la cultura novohispana ya en el año 1794, esto se manifiesta en la reconvención hacia los letrados que facilitaron la desaparición de aquellos textos que guardaban la memoria de los antiguos mexicanos, puesto que "lo más precioso que contenían, está ya en poder de los extrangeros" (17).

Reconociendo su deuda con la base del trabajo de Eguiara, critica su estilo "hinchado, y su método […] difuso, […]" (18). Beristáin afirma: "me atrevo a aspirar al nombre de una obra nueva" (18).

La contribución a la cultura de España y América en el contexto de la enunciación, apunta a una posición hispanoamericanista desde el punto de vista de una política de la identidad. Ya vimos que Beristáin en el mismo título de este prospecto, enuncia su adhesión a la corona. No sólo trata de ganar el favor de los reyes con poemas y elogios, sino que crea curiosos y llamativos panegíricos:

el eclesiástico mexicano desde muy temprano había tratado de acercarse a palacio, y tanto debía ser su empeño cortesano que un buen día el Tribunal de la Inquisición le sorprendió abusando de los textos sagrados para elogiar sin tasa al omnipotente ministro de Carlos IV don Manuel Godoy, y por ende le formó un proceso .(9)

Es realmente complicada la relación del sujeto y la discursividad con que afronta el conflicto (inédito) cultural del letrado criollo. A José Mariano Beristáin de Souza la Corona le honra con responsabilidades políticas y religiosas en retribución a sus servicios. Fue el principal impulsor de la entronización de la estatua ecuestre del rey Carlos IV en la plaza de la Catedral de México y que el pueblo mejicano irónicamente rebautizó como El caballito.

Beristáin a lo largo del texto va reforzando la opción monárquica, contendiendo con las políticas emancipadoras americanas, específicamente contra los que tenían "corrompidos los corazones con la doctrina del libertinaje" (22), calificando de paso al cura Hidalgo (10) como "un mal párroco, discípulo de los Rouseaus y Voltaires" (22). Sustentar esta posición, en el periodo de la emancipación no sólo resultaba difícil, sino que a la luz de los hechos posteriores, Beristáin de Souza merecía todo tipo de reconvenciones, además del justiciero arsenal de improperios que cualquier tradición, incluso la latinoamericana, atesora para las recurrentes prácticas totalitarias. Pero es justamente esta postura, la que nos aclara el campo de conflictos y la comprensión del proceso de autonomización de la cultura respecto de lo político. El proceso de emancipación también admitió otras alternativas, bajo las cuales Beristáin de Souza optó, siendo monárquico y americanista puesto que él consideraba que en América se habían sembrado:

las semillas de todas las ciencias; y veía por otra los copiosos frutos, que en ella habían producido la religión y las letras. Y cuando esto tanto me complacía, no podía llevar en paciencia que los extrangeros tuviesen al cabo de trescientos años una tan confusa y mezquina idea de la ilustración de los españoles americanos (18).

Como "españoles americanos", define a los criollos, americanos nacidos en este territorio y que plantearon un desafío político, social y cultural al gobierno español, valorizando la cultura hispanoamericana en la cual desarrolló el deseo de un pensamiento distinto, terciando en la famosa polémica del Nuevo Mundo.(11)

Pasma a la verdad la general ignorancia, que de las cosas de la América, y especialmente de su cultura literaria se ha tenido en la Europa, y la desvergüenza con que se ha mentido por los mismos que tenían obligación de saber el verdadero estado, en que se hallaban estas regiones (18) [...]. ¿Ni cómo podían saber de la América, aunque han escrito de ella más de lo que debieran, el prusiano Paw [sic] en sus reflecciones, Marmontel en sus Incas, Raynal y Robertson en sus historias? (20).

Es cierto que la diferencia, tiene aquí la intención política de justificar el colonialismo español, sin embargo, creo que el resultado textual supera la intención programática:

habría sido, no solo impertinente, sino vituperable en los primeros literatos de estas provincias ponerse a escribir de antigüedades romanas de colecciones de Concilios, de matemáticas y de otras semejantes materias, cuando se trataba principalmente de fundar la religión. Escribieron sí, y mucho de doctrina cristiana, de teología moral; y publicaron artes y vocabularios de todas las lenguas exóticas, que aprendieron primero con sumo estudio y trabajo, y no se olvidaron de escribir las historias y antigüedades de los indios (29).

En el mismo sentido, insiste en la peculiaridad de la producción cultural americana:

Ni deben buscarse en nuestros primeros escritores muchas obras de lujo literario, sino las de primera necesidad, y utilidad. Los siglos primeros de la América cristiana y civil deben compararse con los primeros siglos de todos los imperios del mundo, en los cuales no se hallarán número suficiente de escritores para formar una biblioteca; sin embargo la América septentrional española presenta en esta cuatro mil (29).

El Autor criollo del "Discurso apologético" junto con alegar la diferencia, reintegra otros aspectos, igualmente importantes: 1. La utilidad de los textos para la tarea cristiana y 2. La relación de esta perspectiva con el proyecto de fundación de una América cristiana y civil. La factibilidad del proyecto de Beristáin, sustentado en estos puntos, implica la continuidad de la práctica -y no la experiencia utópica- de los primeros franciscanos para la fundación de una Iglesia Indiana. Este último punto sitúa la Biblioteca Hispanoamericana-Septentrional en el marco de un conjunto de variables que se dieron en la cultura de América y que denominaremos Ilustración Católica (12). Esta perspectiva permitiría entender de otra manera el fenómeno, junto con explicar la ambivalencia cultural en Beristáin.

El "patriotismo criollo", antecedente del nacionalismo mexicano, efectivamente expone, como elementos de su plataforma reivindicatoria; la temática de la Conquista, las tradiciones culturales prehispánicas y el culto a la Virgen de Guadalupe, con el objeto de explicar el desarrollo de una utopía indiana y la práctica de una religiosidad distinta. En este cuadro, el problema es asumido por un español americano que es abiertamente legitimista. Esta circunstancia, deroga el prejuicio de oponer el bando puramente americanista y emancipador, frente a españoles emperrados con el poder.

Hasta ahora todavía no se han podido definir las etapas a través de las cuales los españoles americanos fueron tomando conciencia de sí mismos como americanos. Esta transición, aparentemente sencilla, se vio obstaculizada por las señaladas diferencias étnicas y sociales que los separaban de la gran masa de indígenas, mulatos y mestizos, quienes para fines del siglo XVIII representaban casi las cuatro quintas partes de la población mexicana. El vínculo que unía a esta variada mezcla de razas y clases era más el catolicismo que una conciencia de nacionalidad.(13)

En el orden político ideal, Beristáin asumiría el proyecto del sector que llevaría adelante el proceso de una transición sin traumas, ante una autonomía americana que sería inevitable. El clero secular representaba el grupo ideal para administrar la continuidad política colonial, mejor aún si eran criollos "fieles a la corona". Recordemos que en la primera mitad del siglo XVIII, la "Iglesia mexicana, salvo en los niveles más elevados, estaba casi totalmente en manos de los españoles americanos" (14). Son precisamente "los eclesiásticos y funcionarios 'ilustrados' y reformadores los que propagan la doctrina del derecho Divino de los Reyes"(15) . Beristáin pertenecía al clero superior y asumía políticamente el rechazo a la emancipación. Probablemente su actitud coincidió con el Regalismo, en el sentido de promover este derecho divino. Para el historiador Mario Góngora, este aspecto es semejante al Galicanismo, en tanto se transformó en "uno de los de los elementos ideológicos constitutivos de la llamada Ilustración Católica, y [que] por cierto el Estado se interesó en promover" . (16)

La inclusión del bibliógrafo Beristain en la conformación de la Ilustración Católica hispanoamericana, es parte de una investigación mucho mayor, sin embargo, el carácter pluriforme de esta Ilustración, se constituye en el cruce de variadas influencias culturales que adquieren un sentido distinto en América. Lo distinto, se fundamenta en un saber Ilustrado católico e indiano y en la politización del discurso a través de un poliglotismo predominantemente vernáculo.

Los aspectos reseñados nos conducen a lo que se enunció como el segundo problema, a saber, los problemas que introduce esta obra en el corpus institucionalizado y en las prácticas teóricas dependientes.

La Biblioteca Hispanoamericana-Septentrional clausura no sólo la reflexión crítico-literaria diferenciada que se viene desarrollando en América desde 1579 (17), sino también las prácticas bibliográficas que se vienen desarrollando con León Pinelo (1629). Los hitos de este pensamiento crítico específicamente americano, se reconocerían en el corpus que considera al menos las siguientes obras bibliográficas:

· 1629 (18) con Antonio de León Pinelo y su: Epítome de una Bibliotheca Oriental y Occidental, náutica y geográfica, etc., en que se contiene los escritores de las Indias Occidentales especialmente del Perú, Nueva España, La Florida, El Dorado, Tierra Firme, Paraguay y el Brasil, y viajes a ellas, y los autores de navegación y sus materiales y apéndices.

Las obras restantes que perfeccionan y profundizan esta reflexión nos refieren a su desarrollo literario pleno en el siglo dieciocho en el contexto de la Ilustración Hispanoamericana:

· 1746 Lorenzo Boturini Benaduci: Idea de una Nueva Historia General de la América Septentrional. Fundada sobre material copioso de Figuras, Symbolos, Caracteres, y Geroglíficos, Cantares y Manuscritos de Autores Indios, últimamente descubiertos.

· 1755 Juan José de Eguiara y Eguren. Bibliotheca Mexicana.

· 1768 José Eugenio de Llano Zapata. Memorias Histórico-Físicas-Apologéticas de la América Meridional que a la Magestad del Señor Don Carlos III dedica Don José Eusebio de Llano Zapata.

· 1791 (19) Antonio de Alcedo y Bejarano: Biblioteca Americana. Catálogo de los autores que han escrito de la América en diferentes idiomas y noticia de su vida y patria, años que vivieron, y obras que escribieron. ·

- 1790-1811 Juan Antonio Navarrete: Arca de Letras y Teatro Universal.

· 1816 José Mariano Beristaín de Souza: Biblioteca Hispanoamericana septentrional o catálogo y noticia de los literatos que nacidos o educados o florecientes en la América Septentrional Española, han dado a luz algún escrito o lo han dejado preparado para la prensa.

Lógicamente, no es claro el lugar de la Biblioteca Hispano-Americana en el desarrollo del pensamiento latinoamericano, pero esto no justifica el olvido de este corpus en los estudios críticos. Se trataría más bien de una exclusión. La mayoría de los textos citados han sido soslayados o confinados en su singularidad por la crítica tradicional, constituyéndose en un archivo excluido (20) , porque representa una historia equívoca, un conjunto de documentos anómalos para la racionalidad tributaria de la herencia política y cultural del colonialismo, pero sobre todo por la excesiva presencia en la crítica literaria "latinoamericana", de modelos o de Historias de la literatura latinoamericana, que desaprensivamente encajan periodizaciones correspondientes a otros sistemas de producción cultural.

La Bibliotheca Mexicana, como antecedente de la biblioteca de Beristain, es una custodia de la producción literaria y científica de la Nueva España, incluye no sólo el saber criollo, sino que también reivindica la cultura de los antiguos aztecas, toltecas, chichimecas, nahuas y otros. El propósito explícito del texto en latín -como sabemos- sería una respuesta al Deán de Alicante. Resumiendo: el 4 de mayo de 1718, el Deán de Alicante, Manuel Martí, envía una carta al joven Antonio Carrillo. "El objetivo de la carta era disuadir al destinatario de su idea de ir a estudiar a América", enumerándole la falta de universidades, maestros, bibliotecas y las incomodidades que viviría en una sociedad bárbara e ignorante. Martí piensa que el talentoso joven se arriesgaría "tan inútilmente como el que esquila a un burro o el que ordeña a un cabrón" (21). La arrogancia del Deán de Alicante, constituye el paradigma de una de las modalidades -la peninsular periférica- del rechazo cultural del otro. La consecuencia positiva de la afrenta de Martí a los segundones de la cultura "universal"(españoles americanos y posteriormente sudacas), sería la emergencia de la exterioridad (22), que transformó la desgracia en el contexto inicial del desarrollo de un espacio de liberación (al mal tiempo buena cara) que se ha mantenido y ampliado hasta nuestros días.

La Biblioteca Hispano Americana Septentrional, representa el aparato biobibliográfico más acabado que complementa -a finales del siglo dieciocho- todas las prácticas anteriores. Empezó a trabajar en ésta aproximadamente a partir de 1795, demorándose veinte años en reunir un catálogo con más "de cuatro mil literatos" que escribieron en América entre 1521 y 1815.

A todo esto, corresponde arriesgar algunas hipótesis que expliquen, aproximadamente, la exclusión de la Biblioteca Hispanoamericana-Septentrional de los estudios críticos latinoamericanistas y latinoamericanos:

· El desapego que produce la aproximación de los agentes críticos a la tradición europeo occidental, en desmedro del conocimiento de este pensamiento hispanoamericano distinto.

· No se han leído los textos pertinentes para incorporarlos a la tradición de ese pensamiento crítico. En consecuencia, no se ha estudiado suficientemente el período de la Ilustración Hispanoamericana y católica.

· La dificultad de configurar esa tradición no en la continuidad, sino como una serie que funciona en desajuste con las periodizaciones al uso. [Caso de Flor y canto (1490)]

· Las nuevas propuestas en los estudios críticos tienden a privilegiar más los acercamientos críticos que los textos propiamente tales.

· La caudalosa difusión de sucedáneos culturales y agendas light por parte de los críticos pos coloniales y sus preferencias por "el estrecho canon posmoderno" como ironizó Cornejo Polar . (23)

· La transformación de nuestro pensamiento en Crítica Diglósica, es decir, tendría más prestigio la crítica latinoamericana escrita en inglés, que la desarrollada en los idiomas vernáculos que corresponden a las obras. (24)

Estas perspectivas comprometen la "relación" entre las teorías -que tienden a convertirse en prácticas sancionadoras de la producción cultural latinoamericana- y este pensamiento crítico-literario que se produce en el período colonial.

En el mismo terreno, esta reflexión no puede resistir la tentación de señalar otras opciones. Frente a la categoría de sujetos subalternos, correspondería anteponer con menos eufemismos, el concepto de sujetos negados por el poder y también por la violencia epistemológica que se erige a partir de la supuesta indigencia teórica y crítica que sufren estas regiones. Como efecto conexo, no tendría mayor importancia señalar la desproporción que existe entre la producción crítica desde Europa y Estados Unidos y la que se desarrolla en los países latinoamericanos. En realidad, considero que es más grave el "serio desconocimiento de la historia de los estudios literarios en América, lo que lleva a la crítica actual a desvincularse de sus propias tradiciones, y, por ende, a sentirse más como una prolongación (y a veces mera "aplicación") de propuestas exógenas" (25), cuyos objetivos epistemológicos e ideológicos están determinados por otras necesidades culturales.

Conclusión.
Frente al predominio de paradigmas "universalistas", en el estudio de los textos que asumen el período colonial hispanoamericano, se debe reconocer el acuerdo con la dominación epistemológica hegemónica por parte de la crítica latinoamericana, que sólo valida las comunidades de investigación metropolitanas. Borges cuenta: "Cuando yo era chico, ignorar el francés era ser casi analfabeto. Con el decurso de los años pasamos del francés al inglés y del inglés a la ignorancia, sin excluir la del propio castellano" (26) . En el actual estado de embarazo global, deberíamos confrontar la agenda posmoderna con nuestros textos anómalos y los archivos que exponen ese pensamiento excluido del espacio crítico latinoamericano.

Pareciera que estamos frente a otra "crisis del documento" por ello postulamos la reinserción de este archivo en el espacio del pensamiento crítico y literario que en América, tiene "antigua data y en principio podemos documentarl[o] en la sociedad colonial desde [...] el siglo XVII"(27) e incluso antes.

La crítica de la malversación del archivo Ilustrado hispanoamericano, permite reivindicar prácticas bibliográficas y enciclopédicas distintas, que han sido escamoteadas de los discursos teóricos y críticos actuales y que en una pragmática realmente democrática de discusión, interpelarían las teorías hegemónicas. Conviene eso sí, aclarar el sentido de la "diferencia", frente al pensamiento distinto latinoamericano, que en el caso específico de la Biblioteca asume la heterogeneidad y recoge la producción étnica que la ideología de la diferencia reduce a lo alternativo.(28)

En este sentido, las formulaciones de algunos investigadores en el área de los estudios coloniales, coinciden con esta reflexión, en términos de producir o trabajar esta diferenciación desde la complejidad y la transdisciplinariedad. Mignolo señala:

que una de las tareas fundamentales del futuro es la de comenzar a reconstruir, sobre la base de los documentos existentes, la 'teoría de la literatura' que surge de las prácticas discursivas en la situación colonial .(29)

La obra de Beristáin y su impacto en la teoría, constituye uno de los hitos en este sentido, sin obviar los equívocos que ha introducido el uso pretendidamente emancipatorio de la "diferencia" cultural, frente a la opción por una racionalidad "distinta" (Dussel). Este programa de investigación buscaría una mayor productividad crítica (30) en el estudio del pensamiento colonial, puesto que la investigación considera "que las culturas-testimonio latinoamericanas no son occidentales, ni la cultura del silencio de las grandes mayorías oprimidas se rige por la lógica cartesiana" .(31)

Urge definir espacios que permitan combatir la exclusión, pero sin renunciar al compromiso ético y crítico con la singularidad americana de estas prácticas y discursos. Dussel sugiere que

como latinoamericanos, participantes de una comunidad de comunicación periférica, donde la experiencia de la "exclusión" es un punto de partida cotidiano -y no de llegada-, es decir, un a priori y no un a posteriori, debemos encontrar el "lugar" filosófico de nuestra experiencia de miseria, de pobreza, de dificultad en el argumentar (por falta de recursos), de incomunicación o meramente de no-ser-partes de la comunidad de comunicación hegemónica. (32)

La Biblioteca Hispano-Americana Septentrional junto a los textos del corpus citado configuran efectivamente el pensamiento crítico literario latinoamericano, modificando los modos de afrontar nuestra producción cultural, ante lo cual surgiría la necesidad de reintegrar ese archivo excluido en los estudios literarios actuales.

En fin, el enunciado enciclopédico, necesario para el diseño de una identidad cultural pluralista y heterogénea, necesita mayor atención, posibilitando trascender la imagen bifronte de Beristáin. Incluso, Medina no lo salva de esa imagen.

Influenciado por su primera educación y por los recuerdos de su juventud pasada en España; ofuscado por los favores que allí recibiera; dominado por su espíritu palaciego; acusado por sus paisanos del más bajo servilismo; esgrimiendo armas contra su patria en los días en que se jugaba su independencia; la persona de don José Mariano Beristáin no puede inspirarnos interés alguno: no hablemos, pues, del hombre sino del bibliógrafo . (33)

No obstante, el estudio de los testimonios bio-bibliográficos en esta investigación, acopia información que destruye esa impresión. Beristáin fue encarcelado después de un motín popular, en 1808, siendo Secretario de Iturrigaray, Comisionado de la Junta de Sevilla y uno de los instigadores de ésta. También sufrió un segundo juicio, por parte de la Inquisición como consecuencia de la publicación de "Albardas del Pueblo", extraído del periódico Aurora de la Habana (34). Por último, intercede por la vida del cura Morelos, líder reconocido de los insurrectos. No pretenderíamos eximir a Beristáin, pero una investigación acuciosa no puede proceder con criterios previamente definidos para constituir un proyecto progresivo de estudio.



 

NOTAS

* Ponencia presentada en el X Congreso Internacional de la Sociedad Chilena de Estudios Literarios (SOCHEL). Universidad de Chile. Santiago 23 al 27 de agosto de 1999. Una primera versión de este trabajo fue leída en el I Congreso Internacional "Razones de la crítica". Universidad Nacional de Rosario. Argentina, 14, 15 y 16 de octubre de 1998. Esta investigación se desarrolla en el marco del proyecto 1981102 Fondecyt: "La crítica literaria del siglo XVIII hispanoamericano. Ilustración y Enciclopedismo" dirigido por el Dr. Nelson Osorio Tejeda. Universidad de Santiago de Chile.

1.- El título completo de la tercera edición corresponde a Biblioteca Hispano-Americana Septentrional o Catálogo y noticias de los literatos Que o Nacidos o Educados, o Florecientes en la América Septentrional Española, han Dado a luz Algún Escrito o lo han Dejado Preparado para la Prensa, 1521-1850[sic]. [Tercera edición] México: Fuente Cultural, 1947, 5 vols. Todas las citas que se hagan de la obra, llevarán el número al final y entre paréntesis.

2.- Cf. Irmtrud König: "Biblioteca Hispano-Americana Septentrional". Diccionario Enciclopédico de las Letras de América Latina (DELAL) Caracas: Ayacucho, 1995: Sub voquem.

3.- "Este género literario [Apologético], floreciente en Francia, por la lucha contra el libertinismo, desde el siglo XVII, vino a constituir un elemento intelectual importante en la mentalidad española e hispanoamericana". Mario Góngora: "Estudios sobre el Galicanismo y la 'Ilustración católica' en América Española". Revista Chilena de Historia y Geografía (Santiago), 125 (1957): 141.

4.- Michel Foucault: "¿Qué es un autor?". Entre filosofía y literatura. [Volumen 1] Barcelona: Paidós, 1999: 328-360.

5.- Esta etiqueta respecto a la posición de Beristáin, no representa la complejidad del contexto ni de éste, como sujeto del proceso histórico que también ha sido caricaturizado. Medina lo dice sin empacho, no le importa la persona de Beristáin. José Toribio Medina: "Estudio Biográfico". Biblioteca Hispano-Americana Septentrional. [Tomo IV] Santiago de Chile: Imprenta Elzeviriana, 1897: XLIV. Luis Villoro reproduce en su libro la siguiente cita: "El doctor Velasco se indignaba de una frase pronunciada por el canónigo Beristáin, uno de los principales escritores contrarrevolucionarios. En una tertulia familiar, Beristáin dejó escapar que 'era innegable la justicia de los insurgentes, pero que no éramos aún dignos de la independencia y la libertad'". Luis Villoro: El proceso ideológico de la revolución de Independencia. México: Secretaría de Educación Pública. SEP, 1986:206.

6.- Cf. Luis Villoro. Opus cit.

7.- Juan José Eguiara y Eguren: Prólogos a la Biblioteca Mexicana. [Estudio biográfico y bibliografía de Agustín Millares Carlo] México: F. C. E., 1944: 76-77.

8.- Beristáin reitera en varias instancias del Discurso, la noción de archivo. En cierto modo le asigna la función de un depósito a cargo de un arconte, quien consignaría la tradición de la cultura propia como "aval del porvenir". Cf. Jacques Derrida: Mal de archivo. Madrid: Trotta, 1997: 9-31. Subrayado nuestro.

9.- José Toribio Medina: "Introducción bio-bibliográfica". Biblioteca Hispano-Americana Septentrional. [Tomo IV] Santiago de Chile: Imprenta Elzeviriana, 1897: XIV.

10.- Miguel Hidalgo, párroco mexicano de la Iglesia de Dolores que asumió como líder de la Revolución Mexicana contra los "gachupines" españoles y criollos monárquicos en 1810.

11.- Antonello Gerbi: La disputa del Nuevo Mundo. Historia de una polémica 1750-1990 [2° edición] México: F. C. E., 1982.

12.- La posibilidad de la Ilustración Católica ha sido planteada por algunos historiadores, entre ellos Mario Góngora, Juan Carlos Chiaramonte, Carlos Stoetzer y Otmar Von Aretin.

13.- David Brading: Los orígenes del nacionalismo mexicano. [Sexta reimpresión] México: Era, 1997: 15.

14.- Ibídem. p. 26.

15.- Mario Góngora: "Estudios sobre el galicanismo y la 'Ilustración católica' en la América Española". Revista Chilena de Historia y Geografía (Santiago); 125 (1957): 119.

16.- Mario Góngora: "Aspectos de la Ilustración Católica en el pensamiento y la vida eclesiástica chilena (1770-1814)". Historia (Santiago de Chile), 8 (1969): 53.

17.- Cf. Rethorica Cristiana (1579) del mestizo Diego Valadés y el Discurso en loor de la Poesía. (1608).

18.- La Biblioteca Hispana de Nicolás Antonio se publicó en latín en el año 1672.

19.- Según Batllori la famosa Carta a los españoles americanos del Abate Viscardo ya estaba escrita en el año 1791.

20.- Remito igualmente al sentido que Derrida asigna a la práctica de los "archivos del mal: disimulados o destruidos, prohibidos, desviados, «reprimidos». Su tratamiento es [consecuencia] de manipulaciones privadas o secretas". Jacques Derrida: Mal de archivo. Una impresión freudiana. Valladolid: Trotta, 1997, hoja de inicio.

21.- José Carlos Rovira: "Para una revisión de la polémica mexicana dieciochesca con Manuel Martí, Deán de Alicante". Entre dos culturas. Voces de identidad hispanoamericana. Alicante: Universidad de Alicante, 1995:45-62.

22.- Cf. Enrique Dussel: "La razón del otro. La interpelación como acto-de-habla". E. Dussel [Compilador]: Debate en torno de la ética del discurso de Apel. Diálogo filosófico Norte-Sur desde América latina. Iztapalapa: Siglo Veintiuno, 1994, 55-89.

23.- Antonio Cornejo Polar: "Apuntes sobre mestizaje e hibridez: Los riesgos de la metáfora". Kipus (Quito) 6 (1997): 69-73.

24.- Preocupación planteada por Cornejo Polar en el mismo artículo anterior. volver

25.- Nelson Osorio Tejeda: "La crítica literaria del siglo XVIII hispanoamericano. Ilustración e Enciclopedismo" Universidad de Santiago de Chile. Fundamentación y formulación del Proyecto.

26.- Jorge Luis Borges: Prólogos con un prólogo de prólogos. Buenos Aires: Torres Agüero, 1975: 7-8.

27.- Nelson Osorio Tejeda: locus cit.

28.- La descalificación crítica de la oposición Identidad-Diferencia y de "sus políticas", sería parte del proyecto de investigación. Esta se iniciaría a partir del reconocimiento de un problema de conocimiento: la confusión entre el nivel Ontológico (esencialismo que opera en la racionalidad Falogocéntrica) y el nivel Epistemológico.

29.- Walter Mignolo: " 'Palabras pronunciadas con el corazón caliente': teorías del habla, del discurso y de la escritura". Ana Pizarro [ed]: América Latina: Palavra, Literatura e Cultura [I] Sao Paulo: Da Unicamps, 1993:527-562.

30.- "Si un programa de investigación explica de forma progresiva más hechos que un programa rival, «supera» a este último, que puede ser eliminado (o archivado, si se prefiere)". Imre Lakatos: La metodología de los programas de investigación científica. Madrid: Alianza, 1989, 146-146.

31.- Leonardo Boff. Quinientos años de evangelización. De la conquista espiritual a la liberación integral. Santander: Sal Terrae, 1992, 21.

32.- Enrique Dussel: Debate en torno a la ética del discurso de Apel. México: siglo XXI, 1994, 72.

33.- José Toribio Medina: opus cit. XLIII-XLIV.

34.- Ibídem. XXXVIII.