Se me ha pedido responder. Referirme a una supuesta querella que intuyo tiene más de provocada que de real: la angustia de las influencias: los poetas leen a los poetas, alguien dixit. Pues bien, permítaseme ante tal inquisición o mesa de anatomista (no me puedo deshacer destas imágenes que me llenan la testa a la hora destas líneas), permítaseme, volteado, como gato de espalda, comenzar con las siguientes consideraciones.