Hildegard Von Bingen: Una Imagen que se Construye desde y para la Divinidad

Autores/as

  • Ximena Aguirre

Resumen

En este trabajo queremos reflexionar sobre la imagen que ella construye de sí misma, cómo se proyecta a lo largo de sus escritos y vislumbrar muy tímidamente cómo la ven los demás. Revisamos nueve de sus cartas y en ellas se repiten insistentemente dos imágenes claves con las que Hildegard se identifica: la pluma y la vasija de barro. Estas dos imágenes están estrechamente relacionadas con una actitud de sumisión, de humildad ante la Divinidad. A nuestro modo de ver la pluma y la vasija son imágenes que por un lado evidencian la pequeñez ante todo lo creado y por otro cumplen una función práctica, utilitaria y complementaria. La pluma en su liviandad puede trasladarse de un lado a otro y en ese sentido adquiere una función de mensajera. La vasija guarda, en su interior lo que la pluma transmite: un mensaje celestial. Hildegard tiene pleno conocimiento de su pequeñez, y por ello se muestra tal cual como se siente frente a la grandeza de Dios. No olvidemos que está acostumbrada a contemplar en sus visiones secretos y misterios que al común de la gente le fueron negados. La gracia que le permite estar conectada entre lo terrenal y lo celestial, entre la intrascendencia y la trascendencia le otorga una mayor conciencia de sí misma y de sus limitaciones.

Palabras clave:

Hildegard Von Bingen